El edificio de Bravo Murillo okupado y en ruinas que tiene hartos a los vecinos

Situado en medio de dos solares y donde se prevé construir viviendas de lujo


Un edificio aislado entre dos solares vacíos, en el número 336 de Bravo Murillo, está acabando con la paciencia de los vecinos de la zona. En las últimas semanas la policía y los bomberos han tenido que acudir en varias ocasiones debido a incendios, denuncias varias e inseguridad alrededor de este inmueble okupado en cuyo interior se han llegado a contar hasta 20 personas.  

El pasado 20 de febrero, varias patrullas acudían por el robo de una bicicleta “y al entrar y ver el estado del inmueble, llamaron a los bomberos, que consideraron que el edificio estaba en ruina inminente, por lo que se ha procedido al desalojo de 16 personas”, explican fuentes de la Junta Municipal.

“Estamos desesperados, y el problema cada vez va a peor”, señala una vecina, que critica asimismo la falta de mantenimiento de los solares, cuyos árboles “crecen por fuera de las vallas deterioradas, y donde hasta hace poco los cables de la luz colgaban peligrosamente hasta la acera”.

El edificio tiene más de 100 años –es de 1910, según el catastro– y cuenta en la actualidad con dos expedientes en tramitación: uno para que el propietario cumpla con el deber de conservación de la finca, y una licencia para derribarlo y construir una nueva promoción. El primero se inició en 2023 desde el Área de Urbanismo debido a las deficiencias estructurales que presentó tras la Inspección Técnica de Edificios, “por lo que se ha requerido al propietario que adopte las medidas necesarias para garantizar el acceso a los técnicos municipales y que valoren la situación en la que se encuentra”, añaden desde la Junta.

En cuanto a la licencia de nueva construcción, el expediente cuenta ya con un informe favorable de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CIPHAN), aunque no se descarta “que haya que mantener la fachada o algún elemento con valor patrimonial”. En cualquier caso, el inmueble parece tener los días contados, aunque el expediente se encuentra a la espera de nuevos informes, “por lo que aún no está autorizado su derribo”.

Según una información de El Español, tanto el edificio en pie como las parcelas adyacentes pertenecen a Guindalera Inversiones SL, cuyo administrador único es Daniel Loureda López. Se trata del mismo empresario que administra Nidom Homes, la promotora inmobiliaria que en 2018 colocó un cartel en el solar que hace esquina con la calle de Amalia, anunciando una promoción de viviendas de lujo. En agosto de 2015 se había derrumbado parte de la fachada del edificio situado en dicha parcela, y los técnicos decidieron el derribo total del inmueble.

Poco después, también se demolería la vivienda del otro solar, quedando únicamente en pie el edificio entre ambos, que también quedó vacío, por lo que todo indica que la promotora adquirió ambas parcelas para ampliar su promoción de viviendas, cuyo primer cartel fue retirado. Ahora, a la espera de que el Ayuntamiento conceda la licencia, el abandonado espacio trae de cabeza a los vecinos.

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