Por fin Mourinho se va/ porque echarle no han podido/ aunque algún puñal de Bruto/ sí le clavó Florentino.
EL REVERSO: Romance de Mourinho
Tetuán 30 Días, 4 de junio de 2013
Si ya estaba difícil la profesión periodística espérense ahora que –por fin, para algunos– se ha marchado José Mourinho del banquillo del Real Madrid. El entrenador portugués ha hecho 'prime time' hasta sus ruedas de prensa, y durante estos tres años se le ha sometido a tal persecución que Oshidori no podía menos que despedirle como se merece. Por si quedaban dudas, baste aclarar que ninguno de los adjetivos de este romance es inventado. Buena suerte, don José.
Le han llamado dictador,
nazi, chamán, asesino,
mal profesional, miedoso,
paranoico, resentido,
le han dicho que es mal ejemplo
para los cándidos niños,
le han tildado de macarra,
de cáncer, rácano, indigno…
le han dicho, en definitiva,
de todo menos bonito,
tal que uno podría pensar
al oír tales epítetos
que el aludido sería
autor de algún genocidio
mas simplemente es un hombre
que se sienta en el banquillo
del Real Madrid Club de Fútbol
y que atiende por Mourinho.
Le ganó al Barça de Pep
y le ha ganado al de Tito
y ni aun batiendo algún récord
le han quitado el sambenito
de entrenador que no sabe,
de cagón y defensivo,
y todo por no plegarse,
hipócrita, a lo prescrito
por una prensa tripera
que organiza desde el Txistu
lo que debe o no pensar
de su equipo el madridismo.
Por fin Mourinho se va
porque echarle no han podido,
aunque algún puñal de Bruto
sí le clavó Florentino,
valiente en la morterada
y más bien cagapoquito
cuando toca defender
a un empleado agredido
que siempre ha dado la cara
y a veces se la han partido.
No comulgaba ya el luso
con más ruedas de molino,
se cansó de una plantilla
que pudo pero no quiso,
de un capitán que le daba
besitos al enemigo,
de un estadio caprichoso,
ronco y desagradecido,
pancista y adorador
de un presunto señorío
que no conoció Bernabéu,
ni Di Stéfano o Juanito,
forjadores todos ellos
de aquel protomourinhismo
que sólo sabía de entrega,
de fe, de pasión y títulos.
Mou ya se va pero ha puesto
a más de uno en su sitio.
Oshidori