Tablada, 25: la fábrica de zumos y de la Movida

Después de 37 años, los dueños traspasan los míticos locales de ensayo

Cuando los modernos empezaron a frecuentar la antigua fábrica de zumos de la calle de Tablada, 25 y sus inmediaciones, el barrio se revolucionó. “Esto era como un pueblo y al principio nos miraban raro”, dice Ilda Gómez. “Pero los vecinos enseguida se dieron cuenta de que los ‘pintas’ también curraban y de que esto dejaba dinero a la zona. Le dio una vida increíble”.


Ilda y José Robles, Pepe, llevan desde 1980 gestionando estos locales de ensayo, por los que han pasado muchos de los nombres de la Movida Madrileña, como Alaska y los Pegamoides, y Gabinete Caligari, los cuales se formaron aquí, Derribos Arias, Los Coyotes, Los Rebeldes, Leño, Cucharada, además de Las Grecas, Lolita, Rosario y Antonio Flores, Raimundo Amador… También sirvió de escenario para la segunda película de Pedro Almodóvar, “Laberinto de Pasiones”, ya que él y Fabio McNamara eran asiduos del local, y de aquí se fue a grabar a la popular Sala Carolina de Bravo Murillo.


Mientras tiene lugar la entrevista, de fondo se escucha el surf rock de Los Coronas, que junto a Arizona Baby ensayaron aquí su primer disco como Corizonas, al igual que Sex Museum, por poner otro ejemplo. El espacio, de 1.000 metros cuadrados, tiene 18 salas de ensayo (13 de 17 metros cuadrados y cinco de entre 19 y 28), que alquilan por horas, días o meses, y destaca por su acústica interior, según los propios dueños. Pero Ilda y Pepe, de 62 años, quieren el relevo. Después de casi cuatro décadas, les gustaría centrarse en otros proyectos y traspasan el negocio. “Nosotros hemos llegado hasta aquí y esto tiene una historia que le da un valor, pero ahora Tablada necesita alguien joven al frente que lo lance de nuevo”, reconoce esta gallega.

De Villaverde a Tetuán

Pepe tenía 22 años y tocaba con su grupo en un sótano de Villaverde Alto, que compartían con otra formación. Las humedades y los calambres los convencieron de la necesidad que existía de unos locales de ensayo profesionales y encontraron en venta una antigua fábrica de zumos en Tetuán. “Cada uno sacó el dinero de donde pudo”, recuerda, y después de una reforma en la que trabajaron los 10 socios y todos sus amigos, empezó la aventura de Tablada, 25.


En abril de 1980 se incorporó al equipo Ilda (dos años más tarde quedarían sólo ella y Pepe), que llegó a vivir una temporada en el segundo piso, y en julio de ese mismo año se abrió el bar al público. “Fue terminar la obra y se llenó, y aún teníamos los locales a medio acabar”, explica Pepe.


El espacio se convirtió enseguida en un centro de reunión de los músicos, no sólo de Madrid. “Cuando llegaba alguien de fuera, la referencia era Tablada, venían directamente”, apunta Ilda. “El día que llegó Coti llamó para pedir una sala, recomendado por Calamaro, que ensayaba aquí. Hubo un momento en que nos llamaban ‘la embajada Argentina’”, continúa su socio.

400 sillas

En Tablada hubo actuaciones desde el primer día. Hasta 1987 hubo conciertos, que ofrecían los grupos de la casa, hasta que las denuncias redujeron su actividad a los locales de ensayo.


“El Ayuntamiento llegó a traer 400 sillas para una semana de jazz”, subraya Pepe. Y es que por aquí pasaban también Jorge Pardo, Carlos Benavent…, y los managers y productores musicales, que venían de incógnito. Los jueves se reunía el Club de Jazz (“organizado por José Antonio Galicia, el batería de Dolores y del primer disco de Camarón”, dice el de Villaverde), y los martes, el de blues. “Había coloquios, sobre música o las drogas, los domingos teníamos cine...”. Radio 3 emitió varios programas desde Tablada, que fue portada de ‘El País Semanal’.


“Compartimos unas vivencias muy intensas y eso une mucho”, cuenta Ilda sobre los músicos de entonces, que siguen dejándose caer por el local. “Hoy, yo creo que los vecinos presumen de que esto haya pasado aquí. Somos los músicos del barrio”.

Cristina Sánchez



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