EDITORIAL ABRIL 2018: Presupuestos Participativos revisables

Además del derecho que tenemos todos los españoles mayores de 18 años de poder votar en las urnas para elegir a nuestros representantes políticos −aunque luego ellos hagan lo que les venga en gana, pactando con quienes más les convenga a sus intereses−, hace unos años se puso en marcha la iniciativa de los Presupuestos Participativos, como una fórmula democrática de ofrecerle a los ciudadanos la posibilidad de decidir sobre aquellos asuntos que más les preocupan que se solucionen.
La idea, aun siendo acertada en la teoría, no resulta del todo práctica, puesto que quienes participan –que cada año son menos personas, quizá desilusionadas por lo poco que se tienen en cuenta sus propuestas− no ven cumplidas sus peticiones a los políticos. En el caso de Tetuán, para este año 2018 se dispone de una partida de 358.072 euros para intentar llevar a la práctica alguna de las 76 propuestas que los vecinos han planteado en esta primera fase de los Presupuestos Participativos, 14 menos que en 2017, porque lo que empezó siendo una iniciativa interesante para la ciudadanía, cada vez pasa más desapercibida por su escaso impacto real y efectivo.
El problema es que las demandas de los vecinos se corresponden habitualmente con las actuaciones previstas por el equipo que gobierna, y al final “la casa se queda sin barrer”. En nuestro distrito, asuntos tan importantes y necesarios como arreglar algunas aceras, mejorar la limpieza en los parques infantiles, reformar Azca y la maltrecha Plaza de la Remonta o instalar cámaras de videovigilancia en la calle de Topete y alrededores han sido las iniciativas más votadas en los Presupuestos Participativos de 2018. Temas “estrella” en Tetuán, que se alargan en el tiempo y a los que no se ofrece una solución deseable para todos, especialmente para quienes residen en estas zonas y que ven pasar los días, meses y años, sin que se arreglen, participen o no en estos Presupuestos y voten a quien voten.
Y si a esta desilusión le añadimos que los Presupuestos de verdad, ésos que se adjudican anualmente a cada distrito, todavía no se han aprobado y no se puede invertir en resolver, o al menos avanzar en asuntos de tanto calado social y vecinal, nos encontramos con que “la vida sigue igual”, participando o no en una idea venida a menos.
Pero es que, además, después de realizar las diferentes propuestas, el Ayuntamiento de Madrid estudiará cada una de ellas, para comprobar si son viables y legales, y después revisará los costes de aquellas que realmente lo sean, para finalmente hacer una votación entre los ciudadanos, en la que se decidirá qué propuestas se llevarán a cabo, aunque no se dice ni cómo, ni cuándo.
Quizá en 2019, con las elecciones municipales y autonómicas del 26 de mayo, se tomen mucho más en serio estas propuestas ciudadanas o se avancen, o incluso se finalicen, algunas de las reformas pendientes de acometer en Tetuán. Mientras tanto, veremos el recorrido que tienen un año más los Presupuestos Participativos, siempre revisables.


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