China en el distrito: bazares y mucho más

El idioma, principal traba para su integración

Laura Conde

Paseamos por el Mercado de Maravillas en busca de comercios con productos orientales, y sólo encontramos un puesto de verduras en el número 64. Lin, de origen chino, nos recibe con una sonrisa, mientras despacha a los clientes, de mayoría filipina. Muchos de sus productos son chinos, dice, pero ya se pueden comprar en España, aunque otros son importados directamente de su país, porque aquí no se cultivan. Por ejemplo, tiene sitan, unas judías verdes más largas que las nuestras; yuca china; tallos de ajo; brotes de soja; enoki, que son unas setas blancas con tallos larguísimos, berenjenas alargadas y más delgadas que las nuestras...
A lo largo de Bravo Murillo encontramos comercios orientales de todo tipo: peluquerías, tiendas de ropa, de electrodomésticos, de alimentación, de móviles, de uñas... Pero no es hasta llegar a la calle del General Margallo donde encontramos una mayor concentración de negocios. Hay supermercados, tiendas de menaje, de antigüedades, una inmobiliaria... En uno de los supermercados más grandes, uno de los ‘Ibero China’, encontramos centollos y anguilas vivas. En la calle paralela encontramos uno de los restaurantes más antiguos del barrio, La Casa de Lee, en la calle de San Felipe, 6. Pero no pudimos hablar con los dueños por encontrarse de viaje en China. Una práctica habitual entre los ciudadanos chinos, aunque tengan la nacionalidad española. Nos lo cuenta Blanca, la dueña de otro de los legendarios restaurantes chinos de Tetuán, El Tesoro, ubicado en la calle de Alonso Castrillo, 6: “Nos gusta ir con frecuencia a China, porque allí los cambios son muy rápidos. Nuestra sociedad está en continua transformación. En tan sólo unos meses, algo que estaba de moda allí, ya es cosa del pasado y nosotros queremos traer las novedades aquí, porque es lo que la gente quiere comprar. Además del restaurante, yo tengo dos bazares y tengo que estar actualizada”, nos dice, y añade: “Llevo con este restaurante casi 30 años, desde el 90, y antes lo tenía un tío mío. Yo intento ofrecer platos típicos de mi país, como el arroz con hoja de loto, o el que tiene verduras disecadas –muy común allí– o el que tiene verdura fresca. También tenemos las tiras de pollo crujiente o el licor de canela. Los chinos comemos muchos tipos de verdura, y también tenemos sushi, aunque el japonés sea más variado. Yo he incluido el sushi japonés en nuestra carta, porque a la gente joven ahora le gusta mucho, y hay que adaptarse a la demanda. La auténtica comida china se demora mucho en la elaboración. Por eso, hemos tenido que hacer platos similares. Lo importante es que el cocinero sepa lo que hace. El nuestro es un chef muy reconocido, que tiene sus propios restaurantes en China”.
Blanca nos cuenta que escogió su nombre español cuando se bautizó, ya que su madre era budista. También dice que tuvieron que venirse en los 80, porque, en ese momento, era muy difícil encontrar trabajo en China. Ahora la situación se ha invertido, y hay muchos españoles trabajando allí. Nos cuenta que ella estudió un año de español con un profesor particular antes de venir, y que luego estudió aquí un par de años más. Además, Blanca va a clases de bailes tradicionales en la Asociación de Mujeres Chinas, y de flamenco y sevillanas en el Espacio Hermanas Mirabal. Sin duda, Blanca es una excepción dentro de la población china que vive en España.

CENTRO DE CULTURA CHINA

En la calle de Castilla, 5, está el primer ‘Centro de Cultura China Yan Huang’, dirigido por el doctor en Caligrafía Wu Naizeng, a quien curiosamente conocimos en el restaurante El Tesoro, mientras hablábamos con Blanca. Wu no habla español aún, pero ha creado este centro para fomentar la integración de la población china en España. En el centro pudimos ver una exposición de pintores chinos y españoles, que conmemoraban los 25 años de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Todos mostraban interpretaciones del Año del Perro, el actual en China. Hablamos con Clara Medina, profesora de español para chinos en el Centro: “Llevo estudiando chino desde los 10 años. Realicé el grado de Estudios de Asia y África en la Universidad Autónoma de Madrid, especializándome en cultura e idioma chino, en el Departamento de Estudios Orientales. Hice el Máster de Comunicación Intercultural, Traducción en Interpretación en los servicios públicos, en la Universidad de Alcalá de Henares. Conocí el centro por una profesora china del Instituto Confucio que me recomendó. Yo ya había dado clases particulares de chino a españoles en academias, pero estar aquí es todo un honor para mí. Estuve seis meses estudiando la cultura china en Pekín, porque me apasiona todo lo relacionado con este país”. Una primera lección es que en China el apellido siempre va primero. Además, nos cuenta que “damos clases de chino a españoles y viceversa. Las clases son de lunes a viernes, por la mañana o por la tarde, y tienen una duración de dos horas. Tenemos adultos y niños. Muchos alumnos chinos vienen derivados de las asociaciones chinas o porque viven por el barrio”.
En definitiva, nos queda mucho por aprender de este gran gigante. ¿Qué os parece si comenzamos con unas clases de chino?



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