DRAMA HUMANO EN EL PERI TIZIANO-DULCINEA

El Banco Pastor, propietario ahora de los terrenos, está echando de sus casas a un centenar de familias

El Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de Tiziano-Dulcinea –iniciado hace ahora 17 años y que está delimitado por las calles de Bravo Murillo, Jaén, Dulcinea, Tiziano y Teruel– vive una situación “surrealista”, como no dudan en calificarla los afectados, un centenar en total, que están siendo desalojados de sus viviendas –se están ejecutando 66 desahucios en los dos últimos meses–, “por una estafa perfectamente urdida entre la inmobiliaria Promocio-nes y Obras Tiziano [antes Somersen] y el Banco Pastor, que es hoy en día el propietario de nuestros terrenos, según dice el Juez Hipotecario”, comentan estos vecinos, quienes se han unido para reclamar justicia, formando la Asociación de Afectados por el PERI Tiziano-Dulcinea (APETIDU). Aunque la historia de este PERI comenzó en 1991, constituyéndose tres años después una Junta de Compensación para realizar este plan de reforma de la zona a través de la iniciativa privada, no fue hasta 2006 cuando “descubrimos que el administrador de la promotora inmobiliaria encargada de hacer los pisos había hipotecado el suelo y las viviendas al Banco Pastor, entidad con la que trabajaba, sin consultarnos”, explica Susana Ochovo, presidenta de APETIDU. Una persona que “tiene más de 50 sociedades constituidas, la mayoría de gestiones inmobiliarias, y nadie investiga sus bienes ni persigue sus fraudes porque se ha declarado insolvente sólo de una de ellas”. Inmediatamente llevaron el caso ante los tribunales para conseguir recuperar sus casas y locales, pero la justicia ha fallado a favor del Banco Pastor –en los juzgados hipotecarios–, que ahora es el propietario de los mismos, “y que está echando a todas estas familias a la calle”. “Tetuán 30 días” se ha puesto en contacto con la entidad bancaria, concretamente con el responsable de este asunto en Madrid, Luis Varela, sin obtener respuesta alguna. La realidad es que todos los afectados están teniendo que vivir esta situación, mientras en el aire flotan muchas preguntas, aún sin respuesta: “Sentimos una indefensión tremenda. Ningún organismo se está sensibilizando con este problema, pero especialmente el Ayuntamiento, y más en concreto Gerencia de Urbanismo, que es el responsable directo de lo que está ocurriendo, pues debía de haber vigilado lo que hacía la Junta de Compensación”. Una Junta que en la actualidad “está ilocalizable, salvo el propio Ayuntamiento que es el vocal, y que es al que estamos reclamando las cuentas, balances y actas de esta Junta, sin que todavía lo hayamos conseguido. La única solución es que se las pida un juez competente y que le mandase cumplir definitivamente lo que debía haber hecho la Junta de Compensación: reformar toda la zona y ubicarnos sin cargas hipotecarias, como nosotros lo aportamos, en una parte de todo el terreno disponible que hay”. Por tanto, los vecinos afectados advierten de que “esto es una trama diseñada por gente con poder, a quienes no les importa lo que nos está sucediendo y que no tienen ningún interés en que la verdad salga a la luz”. Los vecinos, aun agotados a todos los niveles, advierten de que “no puede ser que la Justicia permita que nos hayan retirado del Registro de la Propiedad como propietarios, que nuestras casas hayan desaparecido, que el Banco Pastor diga que son suyas sin haberle autorizado hipoteca alguna, que la Promotora presente una quiebra sin haber puesto un solo euro en el PERI y, lo que es más grave, sin destinar la financiación a su uso: el desarrollo del PERI; y que el Ayuntamiento siga callado, ahora cuando ya se ha alojado a casi la totalidad de los realojados internos y externos, sin manifestar que nosotros fuimos los aportantes del PERI, sin importarle lo más mínimo el desarrollo del mismo en tantos años, y dejando que la situación haya llegado al límite de vernos sin nuestras casas y desahuciados”. A pesar de todo lo que están viviendo, “seguiremos luchando hasta que se haga justicia y recuperemos lo que es nuestro”, concluye la presidenta de APETIDU. JUAN CARLOS M. J.

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